No más fomo: limitar las redes sociales disminuye la soledad y la depresión
Dr. Andrew RosenDr. Andrew Rosen PHD, ABPP, FAACP es un psicólogo certificado y el fundador y director del Centro para el Tratamiento de la Ansiedad y Trastornos del Estado de Ánimo, así como, el fundador del Centro Infantil de Psiquiatría Psicología y Servicios Relacionados.
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La soledad media la relación entre el estrés vital temprano y el estrés percibido, pero no el funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal Isabel Crespo-Sanmiguel1, Mariola Zapater-Fajarí1, Matías M. Pulópulos2, Vanesa Hidalgo2* y Alicia Salvador1.
También cabe destacar que el ELS es un factor de riesgo que puede afectar al funcionamiento social del individuo, dado que los individuos que han experimentado ELS reportan menos apoyo social (Germine et al., 2015; Beutel et al., 2017) o menos beneficios de este apoyo, quizás porque las experiencias de ELS afectan negativamente a la capacidad de interesarse y conservar los vínculos afectivos interpersonales, lo que conduce a relaciones sociales insatisfactorias (Repetti et al., 2002). Esto implica una falta de compañía, de apoyo emocional e instrumental y de expresiones de afecto positivo por parte de los demás (Barrera, 1986), todo lo cual se traduce en mayores sentimientos de soledad.
En base a lo anterior, los objetivos de este estudio fueron investigar la asociación entre el ELS y el estrés percibido por los adultos y el funcionamiento del eje HPA, y si la soledad media en estas relaciones. En concreto, esperábamos que una mayor ELS estuviera relacionada con un mayor estrés percibido. Además, dada la heterogeneidad de los resultados sobre la relación entre la ELS y el funcionamiento del eje HPA, y dado que éste es el primer estudio que investiga la soledad como mediador entre la ELS y el estrés percibido y los indicadores del eje HPA, nuestros objetivos eran explorar la existencia y direccionalidad de estas relaciones. Además, nos propusimos probar si un cuestionario no estandarizado de 3 ítems sobre ELS general (Recalled Childhood and Adolescence Perceived Stress, ReCAPS) es una herramienta válida para medir el ELS. Para ello, además de utilizar el Cuestionario de Familia de Riesgo para evaluar el ELS, se replicarán los análisis utilizando el Cuestionario ReCAPS.
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Cuando tenía 16 años y asistía al instituto, la depresión y la soledad dominaban mi vida. Lo desconcertante era que, a los ojos de la gente que me rodeaba, tenía todo lo que un joven podía desear. Tenía un coche y un buen trabajo. Tenía dinero para ropa bonita, almuerzos de comida rápida y todos los videojuegos a los que podía jugar. Incluso tenía algunos amigos. En casa, tenía un equipo de música decente, un ordenador y una consola de videojuegos. Pero ninguna de estas cosas podía cambiar la química de mi cerebro.
El verano siguiente a mi undécimo curso fue difícil para mí. Mi mejor amigo se había ido de casa de sus padres y yo no podía ponerme en contacto con él. La gente que yo consideraba mis amigos no sólo me rehuía, sino que mostraba signos externos de odio hacia mí. Tenía un trabajo bien pagado, pero parecía aumentar mi soledad. Repartía pizzas, pasaba la mayor parte del tiempo en el coche y conducía tanto que empecé a odiarlo, a pesar de que unos meses antes pensaba que tener mi propio coche era lo mejor que me podía pasar.
Una de las peores cosas de mi soledad era que también luchaba contra la ansiedad. Me costaba hablar con la gente, no podía mirarles a los ojos y me sentía muy cohibida. Parecía que el único momento en que podía relajarme lo suficiente como para disfrutar era cuando bebía alcohol. Pero no tenía a nadie con quien beber y beber solo sólo empeoraba las cosas.
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La soledad es un problema enorme para los hombres individualmente y para la sociedad en su conjunto. Como muchos hombres, he pasado demasiado tiempo solo en los últimos dos años. El zoom puede ser una herramienta maravillosa, pero es un pobre sustituto de la preciada conexión social en persona que antes dábamos por sentada.
Las pasadas Navidades me hundí bajo la presión de la soledad. Llevaba mucho tiempo deseando establecer vínculos más profundos con los demás, pero a veces me encontraba actuando de un modo que intensificaba mi soledad en lugar de desterrarla. ¿Mi mecanismo de supervivencia? Recurrir al alcohol tras 8 años de abstinencia y una serie de otros comportamientos inadaptados, todo ello en un vano intento de llenar un agujero que ninguna sustancia ni ninguna borrachera de Netflix podrían llenar jamás.
La pandemia no es el único factor que contribuye a la soledad crónica que yo y otros hombres sentimos. También hay elementos sociales y personales en esta epidemia de soledad. Las formas ampliamente aceptadas de conexión masculina parecen ser a través de experiencias “masculinas” compartidas, como seguir juntos un deporte o “bromear” con los amigos en el pub. Aquellos de nosotros que deseamos unirnos de formas menos centradas en el tribalismo, la testosterona y el alcohol podemos sentirnos a la deriva.